Siempre en primavera ,no necesito recordatorios de que ya lo es,los caminos de infinito lila me traen a la memoria hermosas imagenes .La más hermosa sin duda es cuando le pedí a Prenda que vivieramos juntos,de eso ya son 17 años,ella con la boca abierta al ver que un chamaco baboso le pedia compartir el pan y la sal.las dichas y las desdichas ,el destino.
Quien diría de todo lo vivido y del reencuentro,no sé que bendita mano guia esto,bueno si sé,pero núnca estaré lo suficientemente agradecido para reconocer que es la mujer y el amor de mi vida.